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Ajo y Diabetes

¿Qué tiene que ver el ajo con la diabetes?

Si se revisa bien los patrones dietéticos, se podrá observar que muchos de los alimentos característicos de las mesas llamadas típicas o tradicionales benefician la buena salud, considerándose que son recetas ricas en vegetales y condimentos cargados de ricos nutrientes.

Uno de los ingredientes típicos de la cocina mediterránea es el ajo, y así como en las culturas que consumen este tipo de dieta, podemos encontrar el ajo en diferentes recetas tradicionales, pues muchos grupos consideran al ajo algo más que un condimento, este bulbo es pues para la medicina ancestral un excelente aliado para prevenir diversas enfermedades.

Por ejemplo, en la antigüedad, la civilización egipcia consumía el ajo en grandes cantidades y además lo usaban en sus mezclas destinadas para la taxidermia, puesto que conocían sus propiedades antibacterianas.

La medicina tradicional asiática, utiliza el ajo para tratar las infecciones parasitarias, la lepra, así como también para tratar los problemas respiratorios y digestivos.

En efecto, en la Universidad de Yale se preservan unas tablas de 1600 años a.C. de antigüedad que describen numerosas recetas con ajo.

En la antigua Grecia, el padre de la medicina, Hipócrates, recetaba ajo para el tratamiento de muchas enfermedades, pues conocía muy bien las propiedades de este superalimento.

Puesto que el ajo es tan importante y aporta tantos beneficios a la salud, se vuelve importante conocer cuáles son su origen, sus características, su valor nutricional, qué beneficios aporta y en especial si este superalimento es igualmente beneficioso para las personas que padecen diabetes.

Origen del Ajo

El origen de esta planta herbácea se encuentra sitiado en Asia Central, desde allí expande sus fronteras al resto del mundo. Uno de los datos históricos del ajo que se encuentran reseñados, es que el mismo era utilizado como una especia de energizante añadido a la dieta de los hombres que construyeron las famosas pirámides de Egipto, tan importante era este alimento para ellos que, una vez, cerca del año 3500 antes de Cristo, se levantó la primera huelga obrera que se conoce, puesto que, habiendo escaseado el ajo, estos hombres se negaron a trabajar hasta que reinsertaran este elemento a su dieta diaria.

Esta fama del ajo se extendió hasta Grecia, donde los atletas lo consumían para ganar fuerza antes de la competencia, y luego de ella, para reponer dichas fuerzas que ya se hacían perdidas.

Los romanos, por otra parte, recomendaban el uso del ajo como un eficiente antiparasitario; ya en la colonia, el ajo alcanzó su introducción tanto en África como en América.

Otra participación importante del ajo en la historia, es que este bulbo, fue utilizado como antiséptico en el momento en el que los tratamientos convencionales habían escaseado.

Características del Ajo

El ajo suele categorizarse entre las hortalizas y verduras; lo cierto es que el bulbo del ajo procede de una planta herbácea que puede llegar a alcanzar 30 centímetros de longitud. Dicho bulbo posee una piel blanca que forma una especia de cabeza dividida en varios gajos, aproximadamente entre 6 y 12, a los que usualmente se les conoce como dientes de ajo.

Cada diente, se encuentra envuelto en una capa delgada no comestible, que varía su color entre blanco y rojizo; cada uno de estos dientes puede germinar a partir de la yema terminal que posee, aun cuando el mismo no sea plantado previamente, pues comienza a brotar tres meses posteriores a su cultivo.

Valor Nutricional

El ajo es un alimento nutritivo, compuesto de vitaminas y minerales, que, junto a sus componentes bioquímicos, aportan numerosos beneficios a la salud.

El ajo, por cada 100 gramos de porción comestible aporta:

  • Calorías – 190 kilocalorías
  • Grasa – 0,23 gramos
  • Colesterol – 0 miligramos
  • Carbohidratos – 24,30 gramos
  • Fibra – 1,20 gramos
  • Azúcares – 2,21 gramos
  • Proteínas – 4,30 gramos
  • Minerales
    • Hierro – 1,20 miligramos
    • Calcio – 17,80 miligramos
    • Potasio – 446 miligramos
    • Yodo – 4,70 miligramos
    • Zinc – 1,10 miligramos
    • Magnesio – 24,10 miligramos
    • Sodio – 19 miligramos
    • Fósforo – 134 miligramos
  • Vitaminas
    • Vitamina B1 – 0,16 miligramos
    • Vitamina B2 – 0,02 miligramos
    • Vitamina B3 – 1,02 miligramos
    • Vitamina B5 – 0,60 microgramos
    • Vitamina B6 – 0,32 miligramos
    • Vitamina B9 – 4,80 microgramos
    • Vitamina C – 14 miligramos
    • Vitamina E – 0,01 miligramos
    • Vitamina K – 1,40 microgramos

Propiedades del Ajo  

Muchas son las propiedades que se le atribuyen al ajo, entre las más destacadas encontramos sus cualidades expectorantes, estimulantes y antisépticas.

Además, el ajo posee antioxidantes naturales que ayudan en la lucha contra los radicales libres que deterioran progresivamente las células del organismo.

Algunos estudios sobre el ajo han demostrado que existe una relación entre la eliminación de metales pesados en el organismo y el consumo de ajo; tales metales son el cadmio, el arsénico, el plomo y el mercurio, que se obtienen al ingerir agua contaminada y algunos alimentos procedentes de cultivos tratados con germicidas contaminantes que los contienen; estos metales se acumulan en el cuerpo, generando diversos problemas de salud.

Los estudios antes mencionados lograron mostrar que un consumo constante de extracto de ajo influenciaba al hígado, los riñones, los huesos y aun el cerebro de eliminar las concentraciones de plomo que resultaren peligrosas para el organismo.

A su vez, se encontraron también en el extracto del ajo, propiedades protectoras que benefician la salud del corazón, especialmente cuando se consume crudo y aplastado.

Los resultados de los estudios pertinentes a la salud cardiovascular, ayudaron a los científicos a generar conclusiones solidas sobre los beneficios del consumo del extracto de ajo en personas con hipercolesterolemia, ya que se logró reducir el colesterol un 10% con dicho consumo habitual de ajo, lo que a su vez produjo una disminución de la presión arterial.

Aunque, en comparación con los fármacos, el resultado pareciera insignificante, lo cierto es que estos resultados son alentadores, sobre todo porque proceden de una fuente natural, que pudiera fácilmente insertarse en cualquier paciente como terapia coadyuvante o secundaria en el tratamiento de estas enfermedades.

¿Pueden las personas con diabetes consumir ajo?

Una verdad innegable tras la diabetes es que deben cuidar muy bien lo que comen, pues mantener un plan alimenticio saludable y variado ayuda en gran manera a mantener los niveles de azúcar en la sangre controlados, ya que es característico de su padecimiento no producir suficiente insulina para contrarrestar los excesos.

Por esta razón, es realmente importante conocer que alimentos mantendrán estables los niveles de glucemia y más aún aquellos que serán beneficiosos para la salud, que pudieran llegarse a usar con fines terapéuticos.

El ajo puede considerarse un alimento seguro para la mayoría de las personas adultas, sumado a esto, se encuentran los beneficios que se le han adjudicado como coadyuvante en el tratamiento de la hipertensión y la hipercolesterolemia; lo cual genera una mayor resistencia a los padecimientos cardiovasculares, lo cual afecta cerca del 80% a las personas que padecen diabetes.

En efecto, en el año 2006 se publicó un estudio que anunciaba que el ajo crudo podría ayudar a reducir la glucemia, e, igualmente, disminuir el riesgo de desarrollar aterosclerosis, lo cual resulta realmente interesante, dado que, la diabetes eleva la posibilidad de sufrir padecimientos asociados con la inflamación por arterosclerosis.

Tal afirmación científica aún se encuentra en estudio, sin embargo, en una revisión del año 2014, no fue desmentido, por el contrario, la idea de aconsejar el consumo regular del ajo para ayudar en la disminución de los niveles de azúcar en sangre ganó mucho más apoyo.  

Esto se debe en gran manera a que el ajo ofrece una buena fuente de vitamina C y vitamina B6.

Con respecto a la vitamina B6, es importante conocer que ésta vitamina se encuentra involucrada en el proceso metabólico de los carbohidratos.

Además, la vitamina C es de gran ayuda para las personas con diabetes, pues favorece en gran manera a la curación de las heridas a la par que combate las infecciones por ser un antibiótico natural.  

Por otro lado, el ajo contiene alrededor de 40 compuestos bioquímicos, entre ellos el di sulfuro de alil propilo, S-alil cisteína sulfóxido y alicina, compuestos que previenen la elevación de los niveles de azúcar en sangre, puesto que inhabilitan la secreción de glucosa proveniente del hígado, ayudando así a disminuir nivelar sus valores y mejorar a su vez los niveles de insulina y por ende sus efectos en el organismo.

Otro componente favorable del ajo, para una persona que padece de diabetes, es la Glicina, que también colabora en la disminución de los niveles de glucosa en la sangre; asimismo, el ajo contiene isoleucina, compuesto bioquímico que mejora la producción de la hormona insulina y por ende ayuda a regular los niveles de glucemia en sangre, mejorando a su vez la tolerancia a la glucosa.

La manera recomendada de consumir ajo para recibir todos sus componentes benéficos a plenitud, es aplastar un par de dientes de ajo, que se equiparen a 500 miligramos, y, consumirlo crudo con el estómago vacío dejando reposar machacado por 5 minutos aproximadamente para que la alicina eleve sus niveles de concentración.

Si se hace muy difícil consumirlo de esta manera, otra opción, es picarlo y añadirlo a la sazón de los alimentos que han de consumirse, este método de consumo ayuda, pero el descrito en primer lugar muestra los efectos favorables del ajo más rápidamente.

Como todo nuevo alimento que ha de insertarse en la dieta de un diabético, el ajo debe ser aprobado por su especialista tratante, puesto que, aunque ciertamente el ajo es muy beneficioso para la salud, si se tiene recetado algún tratamiento anticoagulante, este podría aumentar los efectos del mismo.

Por otra parte, los efectos del ajo pudieran anular la acción de ciertos medicamentos, por esta razón es necesario asistir con frecuencia al médico y hacer las consultas pertinentes para aclarar toda duda en pro de la buena salud y una mejor calidad de vida.

REFERENCIAS:
Lee este artículo:  Qué cenar antes de un análisis de sangre?

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